jueves, 26 de noviembre de 2015

Correr duele

Siempre me ha interesado eso del marketing. No me gusta, pero me parece curioso cómo intentan vendernos las cosas. Con el marketing, uno de esos "palabros" ingleses que se han hecho tan familiares en nuestros días, las empresas tratan de identificar lo que necesita el mercado y adaptarse para ofrecer lo que éste pide de la mejor forma posible. Es decir, de metérnosla doblada sin que nos enteremos. Al final, si te lo venden bonito, acabas comprando lo que sea.

Menuda mierda...pero qué chula...¡la necesito!

con lo del correr han hecho su agosto. Llevo muchos años corriendo y he visto la evolución que ha dado esto. Si hace 10 ó 15 años me hubieran dicho cómo iba a estar todo ahora, no me lo habría creído. Recuerdo al principio cuando te ponías las primeras zapatillas que encontrabas por casa (¿pronadoras o supinadoras?...eso no existía), la pantaloneta que usabas en verano para la piscina y una camiseta de algodón que estaba tirada por el suelo y salías a correr. Sorprendentemente, podías hacerlo sin problemas... ¡qué cosas! Salías en invierno con un frío que pelaba y la gente te miraba mal, como pensando "¿a dónde va ese loco?". Pero hoy todo es diferente. Nadie negará a estas alturas de la historia que ha habido un "boom" en este mundillo. Lo han sabido ver, vender y explotar de una manera increíble y de unos años a esta parte ha habido un crecimiento tremendo. ¿Es esto malo? Bajo mi punto de vista, todo lo que consiga acercar al mayor número de personas al deporte y la vida saludable, bienvenido sea. Además, todos formamos parte se esto, si te parece mal tienes que entender que tú eres parte de esta burbuja. Eso sí, también es importante que el mercado (las personas), sepan lo que realmente están comprando, lo que se les vende, sin maquillajes ni máscaras. Que luego sino vienen las sorpresas.

Una tarde cualquiera entrenando en el parque debajo de casa

¿Cómo nos lo han vendido? Pues a la manera de toda la vida, como si fuera un detergente o unas salchichas rellenas de queso:

-Primero se observa el mercado y se ve el público potencial al que va dirigido el producto. Vivimos en una sociedad con prisa, que tiene poco tiempo y mucho estrés, con lo que lo de correr encaja perfectamente. Más si te convencen de lo simple y barato que es este deporte: basta con calzarse unas zapatillas, a veces ni eso, y salir a correr. Así de sencillo. Y allá donde tú vayas podrás hacer lo mismo, sin problemas, dificultades ni cuotas mensuales (luego te darás cuenta que no todo es tan sencillo ni barato). Además, nos encanta compararnos con la gente y este deporte es ideal para eso.

Van a flipar en el curro con mi MMP

-Por supuesto, hay que ver si puede ser rentable. Evidentemente si, la capacidad del ser humano de "posturear" y "chuliquear" es directamente proporcional a la cantidad de objetos que puede llevar encima...casi infinita. Menuda mina han encontrado en nosotros, cada día tenemos un "gadget" nuevo y no sabemos cómo podíamos correr antes sin él. Además, como con la droga, primero te ofrecen productos baratos para engancharte y luego acaban vendiéndote zapatillas por 250€ (véase ASICS).

¿Modas? yo paso, sólo salgo con lo imprescindible

-Hay que darle un lavado de cara al producto. Nada de gente sudando con ropa de algodón cutre, como pordioseros, ¡qué asco! Todo gente guapa, famosos y gacelas fibrosas, que venden más. Y por supuesto hay que cambiar los nombres al inglés que quedan mejor: no es lo mismo comerse unas magdalenas que unas "muffins" y tampoco correr que hacer "running" o ser corredor que ser "runner"... y qué decir de lo de corremontes, mucho mejor "trail runner".

No soy corredor, soy runner. El puto amo

-Y finalmente, se vende como el remedio a todos los males, la cura perfecta, lo mejor de lo mejor, el santo grial para vivir a "puto tope" (si, también se ponen de moda este tipo de expresiones). Se vende lo de correr como algo mágico, como ir flotando por las nubes mientras se evaporan nuestros problemas.

¿Es malo que nos vendan todo tipo de objetos para correr? Yo no lo veo mal. Quien más o quien menos, todos hemos ido comprando "aparatejos" y modernizando nuestro armario. Cada uno que se gaste el dinero que tiene en lo que le de la gana. Claro que puedes salir a correr con las zapatillas que te regalaron en la comunión y esa camiseta vieja y apolillada de AC/DC, pero si te apetece gastarte tu dinero en unas zapatillas, unas mallas fosforitas o en comprarte un satélite de la NASA, pues perfecto.

En lo que sí veo un problema es en la manera que nos venden el producto. Recuerdo campañas de publicidad vendiéndolo como si este deporte fuera un dulce paseo por el país de las piruletas. Da lo mismo que te vendan algo para correr o unas compresas con alas, todo es maravilloso y estupendo, corriendo todos tus problemas se van mientras flotas por un mar de nubes de colores. ¿Es esto malo? Pues para mí si.


Haciendo un 4x2000 en el país de las golosinas
Correr duele, es un deporte duro. Tampoco nos sobrevaloremos, no somos héroes o seres mágicos enviados por los dioses. Corremos porque queremos, porque nos gusta y nos motiva, nadie nos obliga. Todo en su justa medida. Pero si corres habitualmente, si haces distancias largas, series o preparas en serio carreras, la cosa no es de color de rosa. Agujetas, lesiones, dolores musculares, sobrecargas...

Entrenar en invierno, con el aire helador cortándote la respiración, la lluvia calándote hasta los huesos, corriendo sobre nieve o hielo. Esos días de series en los que llegas a casa destrozado y sin poder mover un músculo. O esa fría mañana de invierno en la que te duele todo el cuerpo y te toca tirada larga. Correr es una actividad dura para el cuerpo y para la mente, un martilleo constante para las articulaciones. Y el que no haya vivido todo esto y le vendan que cualquiera puede correr un maratón o una ultra, con esos maravillosos planes de entrenamiento "milagro", y no se haya curtido en días duros, con muchos kilómetros en las piernas o complicadas jornadas para la cabeza, lo puede pasar muy mal si quema etapas demasiado rápido.

Los grandes objetivos cuestan mucho esfuerzo, muchos kilómetros y mucho sudor. Mañanas de madrugones con las piernas "tiesas", robar tiempo de estar con la familia y los amigos, mucha tensión y lágrimas cuando las cosas no salen. No hay planes milagro, nadie se levanta de la noche a la mañana y corre un maratón (o nadie debería), todo tiene su proceso. Y pienso que muchos de los problemas que se han dado en las carreras últimamente (gente pasándolo realmente mal) vienen de todo esto. De que nos vendan la moto de que correr es salir todos los días "a tope de power" (sí, por dios, esto también...), trotar como gacelas sin dolor y que cualquiera puede correr grandes carreras casi sin esfuerzo.

Evidentemente, mucha parte de la culpa la tiene el que compra ese mensaje y se cree Killian Jornet o Usain Bolt habiendo salido dos días a correr. Pero el mensaje que nos dan y la publicidad contribuyen mucho a ello.

Correr es duro y probablemente por eso me gusta tanto. Forma parte de esa cultura del esfuerzo con la que me identifico, en la que hay que dedicar mucho tiempo, esfuerzo y pasión para lograr unos objetivos. Meses o años para llegar a algo que te merece la pena.

Eso sí, correr duele, pero no poder correr duele más.

Preparando carreras, a veces parezco más un sugus de piña que una persona

2 comentarios:

  1. Que razón tienes, como hemos "digievolucionado", esto ya no es tan simple como antes. Sin equipo completo no somos nada... Jajaja
    Me encantan tus publicaciones. Un besazo!

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  2. Pues si, la cosa ha evolucionado mucho...bueno en algunas cosas ha involucionado. Muchas gracias pir tu comentario...qué público más fiel jajaja

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